Permanecemos en un estado de ignorancia sobre la realidad en la que habitamos, en la que las imágenes fungen como medios para enseñarnos lo poco que la humanidad conoce sobre dicha realidad.
Las fotografías son esas imágenes.
Cuando aprendimos a poseer imágenes, aprendimos también a discriminar lo que merece ser capturado y "poseído" como imagen.
Las fotografías aparecen como trocitos de realidad; momentos atrapados y fijados en papel para la posteridad. Estos cachitos de realidad pueden ser usados para aportar pruebas de que algo sucedio de un modo u otro.
La fotografía al darnos la sensación de poseer objetos, también nos permite poseer temporalidades.
La fotografía al darnos la sensación de poseer objetos, también nos permite poseer temporalidades.
Aunque la fotografía, al ser producto de una actividad humana, es también maleable. Así como una escultura o una pintura, la fotografía es una interpretación de la realidad a partir de ella misma.
La actividad de fotografiarlo todo nos ha transformado en voyeristas. Nos da una falsa sensación de participación.
Ahora un acontecimiento parece suceder solo para culminar en forma de fotografía. De modo que cuando el evento concluye, la fotografía permanece y le otorga "inmortalidad".
La cámara no "tantea" como lo hace el dedo o la mano, pues requiere una distancia para completar su función. La cámara mantiene siempre su distancia, no viola.
El acto de fotografiar contiene un halo de depredación. El fotógrafo acecha y no dispara sino hasta que el mero instinto se lo pide. Y una vez concluido, la persona fotografiada se convierte, simbólicamente, en un objeto coleccionable.
Querer coleccionar momentos es una acción impulsada por el sentimiento de nostalgia.
Nostalgia a lo perdido, a lo que ya no está y se extraña.
Así, las fotografías se transforman en objetos bellos, gracias a la nostalgia. Se convierten en memento mori y nos recuerdan la fragilidad del presente. Las fotografías son muestra de ausencia, muestras de algo que dejó de existir.
Tratar de consolidar conocimiento a partir de una imagen nunca será totalmente efectivo. La humanidad continuará permanentemente dentro de la caverna, siendo instruida a partir de sus fotografías (sombras). Sin conocer totalmente la veracidad, saliendo de algunas cavernas para ingresar dentro de otras nuevas cavernas. ❤❤❤❤❤❤❤❤❤
La cámara no "tantea" como lo hace el dedo o la mano, pues requiere una distancia para completar su función. La cámara mantiene siempre su distancia, no viola.
El acto de fotografiar contiene un halo de depredación. El fotógrafo acecha y no dispara sino hasta que el mero instinto se lo pide. Y una vez concluido, la persona fotografiada se convierte, simbólicamente, en un objeto coleccionable.
Querer coleccionar momentos es una acción impulsada por el sentimiento de nostalgia.
Nostalgia a lo perdido, a lo que ya no está y se extraña.
Así, las fotografías se transforman en objetos bellos, gracias a la nostalgia. Se convierten en memento mori y nos recuerdan la fragilidad del presente. Las fotografías son muestra de ausencia, muestras de algo que dejó de existir.
Tratar de consolidar conocimiento a partir de una imagen nunca será totalmente efectivo. La humanidad continuará permanentemente dentro de la caverna, siendo instruida a partir de sus fotografías (sombras). Sin conocer totalmente la veracidad, saliendo de algunas cavernas para ingresar dentro de otras nuevas cavernas. ❤❤❤❤❤❤❤❤❤
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